Sería como para partirse la caja, si no fuera por el respeto absoluto que merecen las personas que están en paro o aquellas que con trabajos duros y precarios les pagan con una miseria.
Después de producirse el temblor económico, los gobernantes acudieron rápidamente a tapar los agujeros de la banca privada, sin hacer un mínimo reproche a Los especuladores que inflaron la burbuja inmobiliaria hasta reventarla, con corrupción urbanística incluida.
Con los reiterativos discursos de responsabilidad, se reúnen en Madrid gobierno patronal y sindicatos para intentar reponer en la vajilla los platos rotos y el jefe de la CEOE propone, el despido libre, la rebaja de cuotas empresariales y que los despidos no tengan ningún tipo de cobertura judicial.
Esto no es para reír, esto es para tirar la toalla, si no fuera porque también me quedan algunas pedradas para los sindicatos y cuando me refiero a los sindicatos, no me refiero solo a los que están en la mesa.
Los sindicatos, trabajan con poca organización, poca autocritica, poco debate de base y demasiado corporativismo interno, con lo cual producen una afiliación desmotivada y poco solidaria, que paga la cuota como si se tratara de un seguro de protección laboral y por eso, el capitalismo más intransigente se pronuncia con grosería y prepotencia cuando le viene en gana.
Dicho así, quizá suene un poco duro, no obstante yo lo que veo en mi propio ombligo y a mi alrededor, es una corriente de opinión bastante más preocupada porque la riada no le moje sus muebles o más interesada en el desenlace final de la propuesta de Coto Matamoros, que por buscar soluciones solidarias y equitativas en el mundo laboral.
El objetivo de la patronal en éste caso no es otro que propiciar el desgaste del gobierno central .A la CEOE, con un equipo muy próximo a la derecha Española más reaccionaria, no les importa en absoluto los destrozos que puede provocar la crisis, porque ellos no la padecen y no la van a sufrir nunca.
Visto lo visto, me hace gracia recordar las declaraciones de políticos y sindicalistas cuando comenzó éste fraude económico, en el sentido de que el capitalismo podría tomar un nuevo rumbo.