miércoles, 10 de septiembre de 2008

Amen y otra vez Amen


Mientras el Papa condenaba la obra de Martín Kippenberger, por su rana crucificada, aparecía Sarah Palin, frente a un crustáceo disecado.
La influencia de estos personajes, trajo a mi mente la capilla Sixtina, y la relación hipócrita que mantiene el arte con el dinero.
Recordé que mi agradable visita a Chillida Leku y el caserío Zabalaga, me llevaron a interesarme por el proyecto de Tindaya.
Cuando llegue por primera vez a las faldas de Tintaya en Fuerteventura sentí una decepción impresionante.
Mi inocente imaginación, me llevaba a encontrarme con la creación artística de los primeros pobladores, que sin lugar a dudas amaron esa montaña.También imaginaba el deseo de los representantes de la isla por mostrarme con orgullo un paisaje cuidado querido y respetado.
Nada más lejos de la realidad, Tindaya con su riqueza histórica es un lugar abandonado y casi despreciado por algunos, dispuestos a ensalzarlo si y solo si el proyecto de Chillida se lleva a efecto.

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