domingo, 23 de mayo de 2010

Roles y Rolex

Hay cosas que no cambian con el tiempo. 
Es difícil determinar cuánto tiempo tiene que pasar para que algo cambie en la sociedad, porque no se trata de una ciencia exacta y está sujeta a la teoría de la relatividad.
El genial Leo Bassi, mantiene una teoría de la relatividad que no puedo desvelar, porque  solo se entiende en su espectáculo  Utopía, pero es un ingenioso ejemplo de cómo pueden producirse los cambios sociales dependiendo de los parámetros que utilicemos.
Las teorías siempre quedan mejor explicadas con el método empírico, el cual demuestra que en infinidad de ocasiones nos equivocamos, pero si introducimos el factor tiempo, es muy difícil de determinar cuándo una teoría se convertirá en realidad.
Hace quince años, acudí a las denominadas escuelas de padres en las que estuve absolutamente y gratamente mimado por todas las mujeres y cuando digo por todas, lo digo porque en aquel curso, incluso las profesoras acentuaban mi nerviosismo del primer día como único varón y no barón.
Hoy después de tanto tiempo, leía un artículo del periódico que  llamaba mi atención, sobre todo por la fotografía que le acompañaba, en la que la paridad éste día faltó a clase lo mismo que hace quince años. 
El tiempo ha cambiado, la denominación de los cursillos, ya no es escuelas de padres sino escuelas de padres y madres, pero el tiempo y la observación empírica, me hacen pensar que los cambios sociales se producen con relación a otros muchos determinantes sociales, que también necesitan ser evaluados en el tiempo.
No trato de demonizar, ni llamar pelotudos a los aitas, porque ver la paja en ojo ajeno y no ver la viga en el propio, es lo mismo que pensar que por llevar un rolex vamos a ser siempre puntuales. 
Además, cuando salgo de la demarcación del país vasco y veo a mis congéneres por las playas, las ciudades o los parques temáticos cargando con la chavalería, casi siempre acierto cuando los identifico en mi interior como paisanos, no obstante, eso todavía,  también es una teoría.


1 comentario:

confu dijo...

Aúpa!!! Yo nunca he ido a una escuela de padres, o para padres, y tampoco me lo he planteado nunca, ahora creo que ya es tarde!! Verdaderamente y echando la vista un poco para atrás si me parece que acudir a esos cursos puede ser verdaderamente enriquecedor. Lo mismo que cuando nos planteamos tener familia, no nos pusimos a pensar yo al menos, si estábamos preparados o no para saber educar o formar a los hijos, no!! Simplemente lo hicimos, y después de forma natural con los aciertos y equivocaciones “inconscientemente” trasmitimos a los hijos lo que hemos heredado de nuestros padres y nuestra forma a la vez de ver las cosas, a eso creo que se le llama educación , y como también pienso que esa palabra es muy compleja, cuando las cosas con los años se complican y vienen los problemas , es cuando nos planteamos acudir a esas clases de padres y me parece muy bien, al menos nos daremos cuenta que no solo yo tengo problemas con la educación de los hijos , y lo mejor compartir con otros esas experiencias((((((((Animooooo …))))))))))
Saludos